La Sierra del Serral (Yecla) es un espacio natural declarado L.I.C. -Lugar de Interés Comunitario-. La cordillera, de aspecto aserrada, de laderas en pendiente pronunciada y con algunas dunas fósiles en el Cerro Mancebo, es atravesada por la Cañada Real de los Serranos en su extremo noroeste. La sierra tiene 1.092 hectáreas de extensión y 12 km de longitud, entre peñascos, cantiles, solanas, umbrías, arenales, barrancos y quebradas. Aunque ya se sabe, no es lo mismo pasearse por un sitio y observarlo , que observarlo y comprenderlo.
Halcón peregrino
Papamoscas gris
Sierra del Serral
Panorámica desde la cumbre del Carche.
Alcaudón común
Pollo volanton de alcaudón
Cernícalo vulgar
Eslizón ibérico
Trithemis kirbyi
Jabalíes
Foto: J. R. Diaz
Un curioso calderón para almacenamiento de agua se sitúa en el entorno de un yacimiento de la Edad del Bronce protegido de los vientos del norte por escarpes rocosos.
Durante la Edad del Bronce se ubicaron tres asentamientos en la Sierra del Serral: el poblado del Calderón, el del Portichuelo y el del Cerro del Castellar.
Fotografía: Atlas de los Mamíferos de Yecla Monte Arabí. Apuntes sobre el gato montés ( Felis silvestris ) en el noroeste de Yecla y zonas limítrofes. En el año 1989 ingresé como socio en ANIDA (Asociación Naturalista para la Investigación y Defensa del Altiplano), en aquellos momentos el conocimiento de los mamíferos carnívoros en Yecla era muy escaso. Fue por aquel entonces cuando empecé a interesarme especialmente por el lince ibérico, además del resto de mamíferos carnívoros que, esquivos y nocturnos, deambulaban por nuestros parajes naturales.
El paraje del Ardal es una amplia zona endorreica donde se producen esporádicamente estancamientos de agua. La palabra "ardal" no aparece recogida en ninguno de los diccionarios de la lengua española, tanto antiguos como modernos. Sin embargo, para Juan Piqueras Haba, del Departamento de Geografía de la Universidad de Valencia, la inmensa mayoría de partidas con el topónimo ardal-ardales se corresponden con antiguas dehesas o pastizales comunales y a veces también de cultivo. En el Catastro de Ensenada figuraba la "Dehesa del Ardal" entre las 17 que poseía el término de Jumilla. Para Piqueras, lo más probables es que "ardal" derive de sarda, del supuesto latino "exarritare, de sarrire, romper la maleza o bien del sustantivo latino earda, lugar de pasto o dehesa. Se trata por tanto de una palabra polisémica con diversos significados: mata de encina, mata parda, encina pequeña, rebrotes de encina, lugar de pasto, dehesa arbolada, lugar parcialment...
Tras visitar la Cueva de Bolumini en 2014, haciendo senderismo por Alfafara (Alicante), revisamos notas y apuntes de la cavidad publicadas en internet, llamándonos la atención una pequeña figura esquemática que allí se encontró. Se llama en jerga arqueológica ídolo. Estas figurillas de apariencia misteriosa son ciertamente fascinantes, pueden ser ídolos oculados, antropomorfos, en forma de placa, etc. De simbología probablemente espiritual, el uso generalizado de estas pequeñas figuras se generalizó en la parte meridional de la península ibérica durante el Neolítico final y el Cacolítico, IV y III milenio a. C.
Hay más insectos en el mundo que cualquier otro tipo de animal. En muchos casos permanecen invisibles para el mundo, o pasan desapercibidos o no se les presta la debida atención. Estos diminutos seres vivos son auténticas obras de ingeniería, desde el sistema hidráulico de un saltamontes diseñado para dar saltos o el del camuflaje de un insecto palo. Crean ciudades subterráneas inteligentemente diseñadas, es el caso de las hormigas. O tejen hilos fuertes y elásticos, a modo de trampa, para construir una telaraña, una auténtica obra maestra de ingeniería. La naturaleza es una fuente de inspiración. Hembra de Argiope bruennichi También conocida como araña tigre o avispa, debido a la llamativa coloración del opistosoma de la hembra. Los machos son de menor tamaño. La hembra pondrá en un saco de seda de 200 a 300 huevos, que permanecerán latentes durante el invierno hasta la eclosión de las primeras ninfas en en la primavera siguiente. El Pulpillo Argiope trifasciata Es frecuen...
A 15 minutos de la salida del sol, el horizonte se fue tiñendo de tonos rojos y amarillos, reflejándose sobre las lagunas, como si de espejos se trataran, una paleta de colores que progresaban hacia un espectacular rosado intenso. Un espectáculo con mayúscula, no tiene precio. El amanecer rosado terminó y las aves salieron de sus dormideros. La vida sigue su curso. Salinas de San Pedro del Pinatar, septiembre de 2025. El distintivo color que adquieren las salinas de San Pedro del Pinatar, cuando la luz del sol interactúa con la atmósfera, se debe a la presencia en sus aguas de bacterias halófilas y de la artemia salina, un peqeño crustaceo que se alimenta de la Dunaliella salina, un alga responsable del color rosado que adquiren las lagunas en determinadas condiciones de luminosidad. Artemia salina Diminuto crustáceo, ligado lagunas hipersalinas, que se alimenta filtrando bacterias, algas unicelulares, etc. Cigüeñuela Garceta común Entre las charcas...
Andurreando por el Parque de la Avenida de la Feria (El Cespín), una de las zonas verdes urbanas de mayor extensión de Yecla, una válvula de escape para desconectar un ratico. Como decía Félix Rodríguez de la Fuente "...los pájaros cantores nos enseñarán a conocer el lenguaje de la naturaleza..." Cormorán grande Mosquitero común Curruca capirotada Papamoscas cerrojillo Mirlo común Paloma torcaz Golondrina común Picogordo común Lavandera blanca Andarríos chico Gorrión común Mosquitero ibérico ? Petirrojo europeo Jilguero europeo Lavandera cascadeña Urraca común Verderón común Serín verdecillo Papamoscas gris Araña cangrejo Runcinia grammica ? Araña cangrejo (Thomisus onostus) Cigüeña Cercanías de Parque del Cespín
El monte Arabí -lugar que tanto he visitado- es un tesoro, un museo al aire libre. Un cerro testigo que brilla con luz propia emergiendo desde la llanura circundante. Lo quieren adornar de misterios y leyendas, pero lo único mágico que tiene el monte Arabí son su valores paisajísticos, naturales y arqueológicos. El cerro, forjado por la providencia y los agentes atmosféricos, guarda en cada esquina una sorpresa tallada en la roca. A cada paso que das por sus entrañas se acentúa el hechizo. Definitivamente el Arabí seduce, te atrapa. C. Lara.
La Sierra del Buey es una alineación montañosa situada entre Yecla y Jumilla, de 16 km de largo, y catalogada como L.I.C. (Lugar de Importancia Comunitaria), formando parte de la Red Natura 2000 como Zona de Especial Conservación (ZEC). El conjunto de la sierra abarca 3.789,94 hectáreas, situándose el punto más elevado en el término de Jumilla (75 % del LIC) con 1087 metros de altitud, y en el término de Yecla en los Morrones, con 936 metros. El LIC alberga 6 tipos de hábitats comunitarios, considerados dos de ellos prioritarios. Entre las especies más conocidas de flora de interés para su conservación figuran la encina, brezo, enebro y la sabina, aves de presa como el búho y águila real, busardo ratonero, lechuza común, halcón, alcotán, etc., reptiles como la víbora hocicuda, mamíferos como la cabra montés, tejón y garduña, etc., además de una interesante colonia de chovas piquirrojas.
Una de las cuestiones más recurrentes que me han planteado a lo largo de estos últimos años ha sido si en Yecla, alguna vez, estuvo presente el lince ibérico, curiosidad que persiste a día de hoy como consecuencia de la reciente publicación del Atlas de Mamíferos de Yecla por parte de ANIDA (Asociación Naturalista para la Investigación y Defensa del Altiplano), de la que soy socio desde 1989. La pregunta es difícil de contestar o matizar en pocas palabras, voy a tratar de sintetizar la respuesta mostrando algunos antecedentes.
Perdidas en el llano cerealista, entre cultivos, eriales, antiguas casas de labor destartaladas y rodaduras de carros talladas y fosilizadas en la roca, donde serpentean cordeles y viejos caminos, entre el verde del sembrado en primavera y el gris de otoño, allí en la lejanía, en la soledad de la estepa, sobre las huellas del pasado, aletean (cada vez menos) avutardas, sisones, gangas, ortegas, alcaravanes, cernícalos primillas, aguiluchos, etc., sobre un paisaje rural semiárido, pero de gran valor, cuidémoslo. La ZEPA de Yecla está incluidas en el área importante para las aves n° 182 Pétrola - Almansa - Yecla.
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