20 de julio de 2024

Fisgoneando por aquí y por allá


Después de un mes de junio muy agradable, la entrada de aire norteafricano nos trae de nuevo olas de calor. A partir de las 12 de la mañana ya se sabe, tardes de bochorno, sensación de cansancio y noches de sudor. El día 4 de julio de 1994 Murcia alcanzó los 47,2°C, un día glorioso para las estadísticas. Y hablando de noches tropicales, el 27 de junio de 2007, en la localidad siciliana de Cefalou, en la provincia de Palermo, se registró la asombrosa temperatura mínima de 36,7°C, esa noche, a la 1 de la madrugada estaban a 41 °C, ahí es na. La vida ahí afuera sigue su curso y seguimos fisgoneando un poquito por aquí y un poquito por allá realizando pequeñas salidas de campo.

16 de junio de 2024

Antártida


En septiembre de 1819 un viejo navío de la armada española, el San Telmo, destinado al mar del Sur, con 644 hombres a bordo, entre marineros, soldados y oficiales, despareció tristemente en alguna zona helada del casquete polar. Probablemente fueron los primeros navegantes en descubrir y observar el continente helado. La Antártida, con sus 14 millones de kilómetros cuadrados, el doble que Australia, representa el 10 por 100 de la tierra firme del planeta. Hace setenta millones de años, a principios de la era Cenozoica, el clima era, probablemente, subtropical. La tierra estaba cubierta de espesos bosques y poblada de animales terrestres. La deriva continental hizo que la tierra firme de la Antártida se desplazara paulatinamente quedando rodeada por las aguas heladas de la corriente circumpolar, desapareciendo los bosques y cubriéndose progresivamente de hielo.

13 de junio de 2024

Juniete nubladete, si no granizas no agonizas


De la Mancha hacia la Manchuela vimos, a lo muy lejos, la silueta característica de unas avutardas. Que belleza la de estos gigantes. Recorriendo la Manchuela, antes de llegar al profundo cañón, hicimos una parada a la altura de la Cortijada de la Gitana, donde la vista casi no alcanzaba a ver el final sobre una hermosa y tostada llanura ondulante. Los caminos del valle llegan hasta el río y allí la primavera muestra su máximo esplendor. La Manchuela albaceteña es un buen lugar para perderse.