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Memorias del Paisaje

Alto Sil

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  Nuestro viaje por Castilla y León nos ha llevado a las montañas y aldeas del Alto Sil (León), con paradas, entre ida y vuelta, en Arévalo, Medina del Campo, las estepas cerealistas de Villafáfila (Tierra de Campos), Villablino, la Pola de Somiedo (Asturias), Ponferrada, Astorga y las hoces del río Duratón en Sepúlveda (Segovia). En la tierra de osos, lobos y urogallos, en la vertiente sur de la cordillera cantábrica donde nace el rio Sil, entre Palacios del Sil, el valle de Laciana y el de Babia, lejos del bullicio y la masificación, donde el tiempo parece haberse detenido, pasamos tres días y tres noches.

Hoces del Río Duratón

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  Recorrido sencillo por la llamada senda de los dos ríos, que transcurre en su mayor parte por el parque natural de las hoces del río Duratón. El protagonista de nuestra excursión ha sido, sin duda, el buitre leonado, ave emblemática de la zona, apostado sobre los paredones calizos del cañón. En fin, una ruta sencilla, agradable y con buenas vistas. En otoño, los colores de la vegetación, sobre la ribera del Duratón, deben ser espectaculares. El bosque de galería los forman álamos, olmos, fresnos, saúcos, majuelos, zarzamoras, rosales silvestres, etc. Al final de la ruta nos tomamos un asado de cochinillo, típico de la zona, en Sepúlveda. Sepúlveda (Segovia), a 5 de septiembre de 2024.

Bicheando en Agosto

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A más de mitad del verano, bajo los cielos de la calima de agosto, entre tardes de siesta y cabañuelas, agosto avanza unos 60 minutos respecto a julio en tiempo nocturno. E l canto monótono de la chicharra, mimetizada entre la rama de los árboles, rechina de forma machacona en el paisaje, especialmente en las horas centrales del día. El bosque cubierto de ramas secas y el campo lleno de rastrojos son auténticos polvorines. La mayor parte de los incendios tienen un origen humano siendo atribuidos en un 48 % a causas intencionadas y un 24 % a negligencias. En el mar Mediterráneo agosto sigue registrando nuevos récords de temperatura superficial media.

Explorando pequeños mundos

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Explorando lo mimético e imperceptible entre pequeños mundos, formas, colores y tecturas, encuentro unas diminutas y sorprendentes arañas cangrejos, no miden más de un cm, siendo las hembras el doble de grandes. Se camuflan entre las flores y hojas con una gran variedad de colores que pueden mostrar. No tejen telarañas, permanecen inmóviles y al acecho pacientemente, en este caso probablemente sobre hormigas, a las que atraparán con sus patas delanteras a modo de pinza, inyectándoles un veneno paralizante. Estos primeros planos de insectos y flores son muy sorprendentes, fotografíar a corta distancia puede ser divertido, ahora bien, hay que ir armado de paciencia hasta los dientes a la hora de enfocar el sujeto, debido a la profundidad de campo tan pequeña que se tiene, y más si disparamos a pulso, sin trípode.

Fisgoneando por aquí y por allá

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Después de un mes de junio muy agradable, la entrada de aire norteafricano nos trae de nuevo olas de calor. A partir de las 12 de la mañana ya se sabe, tardes de bochorno, sensación de cansancio y noches de sudor. El día 4 de julio de 1994 Murcia alcanzó los 47,2°C, un día glorioso para las estadísticas. Y hablando de noches tropicales, el 27 de junio de 2007, en la localidad siciliana de Cefalou, en la provincia de Palermo, se registró la asombrosa temperatura mínima de 36,7°C, esa noche, a la 1 de la madrugada estaban a 41 °C, ahí es na. La vida ahí afuera sigue su curso y seguimos fisgoneando un poquito por aquí y un poquito por allá realizando pequeñas salidas de campo.