La comadreja es un depredador especializado en la captura de roedores de pequeño y medio tamaño, a los que apresa de un mordisco o varias dentelladas en la nuca o garganta. Cuando escasean los roedores complementan su dieta con el consumo de aves, huevos, gazapos, musarañas, anfibios, reptiles, invertebrados y excepcionalmente carroña.
Si bien es una especie de baja detectabilidad en el campo debido a su pequeño tamaño corporal, lo que a su vez condiciona que las señales de su presencia no sean muy patentes y visibles, lo cierto es que apenas se encuentran indicios o rastros de su presencia en el término municipal de Yecla, por no decir casi ninguno. Los cambios en las prácticas agrícolas, pérdida de hábitat, y el uso de raticidas para el control de roedores podrían estar afectando negativamente a esta especie en toda la Península Ibérica.
El mantenimiento de charcas y puntos de agua y la conservación de ecotonos en mosaico y paisajes agrarios de secano y esteparios, por lo general ricos en micromamíferos y con presencia en sus márgenes de pinares-isla, muros, setos, ribazos, majanos, y acumulaciones de piedra, contribuyen sin duda a la preservación de este pequeño y singular mamífero.
C. Lara
Un documento excepcional, conservado en un archivo particular de Jumilla, resulta ser la carta que D. José Lerma escribe al canónigo Lozano en 1777, en la que relata diversos aspectos de Jumilla como monumentos o parajes, resultando especialmente interesante la descripción de la Sierra del Carche, ya que cita algunas de sus plantas y su fauna, comentando textualmente que “…sus fieras son las ordinarias: lobos, zorras, gatos, turones, ardas, ciervos, corzos, tajones o sasones, algunos machos o cabras y en lo antiguo se vieron jabalíes…”, leyéndose en otro párrafo que igualmente “…encuéntranse también en esta huerta algunas mustelas o comadrejas, animalejo asemejado al uron pero mucho más pequeñito…” (Lerma, 1777).
Texto: Atlas de los Mamíferos Yecla, 2015.
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