Los Picarios
Es, pues, en el Picario grande, cautivo en la llanura yeclana, que asoma desafiante, como si cuchilladas le hubieran dado, donde se intuye una de las mejores vistas de nuestro término, aunque duelan los tobillos subir estas malditas muelas, donde antaño, cuenta la leyenda, las brujas y hechizeras volaban de picacho en picacho.
Cerro Picario (Yecla), 12 de noviembre de 2017.
Sobre la umbría de estas agujas, un bosque denso de pinar y coscojar, con pequeñas cavidades y grietas en los cantiles, permite que se refugien especies protegidas como la garduña, la gineta, el tejón, quizás el gato montés, además del jabalí. En las alturas, en el día de hoy, se ha dejado ver el águila real y, sobre los riscos, constituidas por materiales dolomíticos calcáreos del Cretácico superior, los rastros de la cabra montés.
La tradición popular atribuye al Cerro de la Condenada y a los Picarios diversas leyendas sobre brujas, que al caer la noche volaban de cima en cima. Cuenta una de estas historias que en el Monte Picario había una cueva llamada "La Condenada," donde habitaban siete brujas con poderes milagrosos; una de ellas intentó hechizar, sin conseguirlo, a San Pascual Bailón.
Picario grande
Cerro de la Flor, desde Los Picarios.
Cuco o mortero, de gran valor etnográfico, situado a piedemonte del Cerro Picario.
Tejon
Los Picarios
Fotografía de archivo: Atlas de los Mamíferos de Yecla.
Gineta
Los Picarios
Fotografía de archivo: Atlas de los Mamíferos de Yecla.
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